Cuando Dios parece distante.
Dios es real, sin importar cómo te sientas.
El grado de adoración más profundo es alabar a Dios a pesar del dolor: agradecer a Dios durante una prueba, confiar en Él durante la tentación, aceptar el sufrimiento y amarlo aunque parezca distante.
Para madurar nuestra amistad, Dios la pondrá a prueba con períodos de aparente separación: momentos en que sentiremos que nos abandonó nos olvidó. Dios parecerá estar a millones de kilómetros.
Cuando Dios parece distante, puedes sentir que está enojado contigo o que te está disciplinando por algún pecado.
Pero este sentimiento de abandono y distanciamiento de Dios no suele tener nada que ver con el pecado. Es una prueba de fe, una que todos debemos enfrentar: ¿seguirás amando, confiando, obedeciendo y adorando a Dios aunque no sientas su presencia ni tengas prueba evidente y visible de su obra en tu vida?
Cuéntale a Dios exactamente cómo te sientes. Derrama tu corazón ante Dios. Descarga todas tus emociones y sentimientos.
Confía en que Dios cumplirá sus promesas.
No te preocupes por tus preocupaciones. El carácter de Dios no cambia con las circunstancias.
Punto de reflexión: Dios es real, no importa cómo me sienta.
Derechos de autor: Rick Warren.
Una Vida con propósito