La adoración que agrada a Dios

Dios quiere todo de ti.
Dios no quiere una parte de tu vida. Pide todo tu corazón, toda tu alma, toda tu mente y todas tus fuerzas. A Dios no le interesan los compromisos a medias, la obediencia parcial y las sobras de tu tiempo y dinero.

La adoración que agrada a Dios tiene cuatro características:

1.- A Dios le agrada la adoración en verdad.

La adoración debe basarse en la verdad de las Escrituras, no en nuestra opinión acerca de Dios.

2.- A Dios le agrada la adoración auténtica.

La adoración debe ser veraz y auténtica. La adoración que agrada a Dios es profundamente emocional y doctrinal. Con nuestro corazón y nuestra cabeza.

3.- A Dios le agrada la adoración reflexiva.

A Dios no le agrada que cantemos himnos, oremos con apatía y exclamemos con indiferencia. ¡Gloria a Dios!, sin pensar en lo que hacemos, porque no se nos ocurre otra cosa que decir en ese momento.

4.- A Dios le agrada la adoración práctica.

¿Has escuchado decir a las personas: “Esta noche no puedo ir a la reunión, pero estaré con ustedes en espíritu? ¿Saben lo que significa esto? Nada. ¡No vale nada! Mientras estemos en esta tierra, nuestro espíritu sólo puede estar donde esté nuestro cuerpo. Si tu cuerpo no está presente, no estás ahí.
Cuando adoramos debemos ofrecer nuestro “cuerpo como sacrificio vivo”.

Ofrecemos sacrificio de adoración a Dios cuando lo alabamos aunque no tengamos ganas; cuando nos levantamos de la cama para adorarle aunque estemos cansados y cuando ayudamos a los demás aunque estemos agotados. Eso agrada a Dios.

Punto de reflexión: Dios quiere todo de mí.
Derechos de autor: Rick Warren.
Una Vida con propósito

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