El corazón de la adoración
El corazón de la adoración es rendirse, entregarse.
Nos entregamos a Él, no por temor u obligación, sino por amor, “porque Él nos amó primero”.
Ofrecerte a Dios es la esencia de la adoración.
Lo que significa rendirse.
La rendición a Dios no es resignación pasiva, ni fatalismo, ni una excusa para la pereza. No es aceptar el estado actual de las cosas. Todo lo contrario: es sacrificar nuestra vida y sufrir para cambiar lo que se debe modificar.
Dios suele llamar a las personas consagradas a lucha por Él.
Las bendiciones de rendirnos.
En primer lugar, experimentamos paz. Luego, experimentamos la libertad y en tercer lugar, experimentamos el poder de Dios en nuestra vida. Cristo puede derrotar las tentaciones pertinaces y los problemas acuciantes si se los entregamos a Él.
Entregarse no es la mejor manera de vivir, es la única manera de vivir. Ninguna otra cosa da resultado. Cualquier otro enfoque conduce a la frustración, decepción y destrucción propia.
Punto de reflexión: El corazón de la adoración es la rendición y la entrega.
Autor: Rick Warren.
Una Vida con propósito