La vida es una asignación temporal
Para hacer buen uso de tu vida nunca debes olvidar dos verdades: Primero, la vida, comparada con la eternidad, es extremadamente breve. Segundo, la tierra es tan sólo una residencia temporal. No vas a estar aquí por mucho tiempo, así que no te apegues demasiado. Pídele a Dios que te ayude a ver la vida en la tierra a través de sus ojos.
Para evitar que nos aferremos demasiado a esta tierra, Dios permite que experimentemos algún grado de incomodidad y tristeza en nuestras vidas, o sea, anhelos que nunca serán satisfechos de este lado de la eternidad. ¡No somos completamente felices aquí, porque no se supone que lo seamos! La tierra no es nuestro hogar final; hemos sido creados para algo mucho mejor.
Cuando la vida se pone difícil, cuando te embarga la duda y cuando te cuestionas si vale la pena sacrificarse viviendo para Cristo, recuerda que aún no has llegado a casa. En la muerte no dejarás tu hogar, más bien irás a casa.
Tu identidad está en la eternidad y tu patria es el cielo.
Punto de reflexión: Este mundo no es mi hogar.
Derechos de autor: Rick Warren.
Una Vida con propósito 6/42