La trampa de complacer a la gente
El deseo de complacer a la gente es el otro lado de la moneda de la envidia.
Los que quieren complacer a la gente afirman: debo caerte bien para ser feliz.
-Los peligros de complacer a la gente.
*Complacer a la gente hará que me pierda la voluntad de Dios para mi vida.
Recuerda, Dios no te creó para que cumplas las expectativas de otros.
*Complacer a la gente impide que mi fe crezca.
Nunca permitas que otros se interpongan en tu relación con Cristo.
*Complacer a la gente es una desventaja emocional.
Cuando las opiniones de otros nublan tu vista, el papel de Dios en tu vida se reduce; pero cuando la aprobación de Dios importa más, las nociones de otros pierden su fuerza en tu vida.
*Complacer a la gente me conduce a otros pecados.
*Complacer a la gente produce hipocresía.
Los que complacen a la gente se ponen máscaras y luego cambian de papeles en dependencia del público.
-Cómo librarse de la trampa de complacer a la gente:
*Recuerda que ni siquiera Dios puede complacer a todos.
Es imposible contentar a todos al mismo tiempo.
*Recuerda que no necesitas la aprobación de nadie para ser feliz.
La felicidad es una decisión. Eres tan feliz como elijas serlo.
*Recuerda que lo que parece tan importante ahora solo es temporal.
A la luz de la eternidad, lo que otros piensen de ti en este momento no va a importar en lo absoluto.
*Recuerda que tienes que complacer sólo a una persona.
Si lo que hago agrada a Dios, eso es siempre lo correcto que hacer, y puedo dejar de preocuparme por la reacción de todos los demás.
*Recuerda que un día rendidas cuentas a Dios por tu vida
Se te va a pedir una explicación de todo lo que has dicho y hecho.
*Recuerda que Dios te hizo para ser tú y no nadie más.
Punto de Reflexión : La felicidad es mi decisión. No necesito la aprobación de nadie para ser feliz.
Autor: Rick Warren.
Una Vida con propósito