Cuida tu iglesia

Te toca a ti proteger la unidad de tu iglesia.

Nada en la tierra es más valioso para Dios que su iglesia.

1.-Sé realista con respecto a tus expectativas.

Las personas se desilusionan con la iglesia por muchas razones entendibles. La lista podría ser bastante larga: conflictos, heridas, hipocresía, negligencia, mezquindad, legalismo y otros pecados. En lugar de asustarnos y sorprendernos, debemos recordar que la iglesia está formada por pecadores de carne y hueso, incluyéndonos a nosotros mismos.

2.-Decídete a animar más que a criticar.

Cuando criticas lo que otro creyente está haciendo con fe y convicción sincera, interfieres en los asuntos de Dios: “¿Qué derecho tienes a criticar a los siervos de otro? Sólo su Señor puede decidir si están haciendo lo correcto”.

3.-Niégate a escuchar chismes.

Chismear es divulgar una información cuando uno no es parte del problema ni de la solución. Tú sabes que chismear está mal, pero tampoco debes escucharlos, si es que quieres proteger tu iglesia. Escuchar los chismes es como aceptar algo robado, y te convierte también en culpable del delito.

4.-Practica el método de Dios para solucionar conflictos.

El enfrentamiento en privado siempre es el primer paso, y debes darlo tan pronto como te sea posible. Si entre los dos no son capaces de resolver las cosas, el paso siguiente es pedir la ayuda de uno o dos testigos para confirmar el problema e intentar restablecer la relación.

5.-Apoya a tu pastor y a los líderes.

No hay líderes perfectos, pero Dios les da la responsabilidad y la autoridad para mantener la unidad de la iglesia.
Un día los pastores estarán delante de Dios y rendirán cuenta de cuán bien velaron por ti.

Punto de reflexión: Es mi responsabilidad proteger la unidad de mi iglesia.

Derechos de autor: Rick Warren.
Una Vida con propósito

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