La trampa de la envidia
No puedes cumplir los propósitos de Dios para tu vida si envidias la vida de otros.
Intentar hacer algo para lo cual no fuiste creado siempre te conducirá a la frustración, la fatiga y el fracaso.
Cada vez que envidias a alguien, apartas la mirada del propósito para el que Dios te creó.
Cuatro efectos dañinos de la envidia:
1.-La envidia niega a tu singularidad.
La envidia te niega a ti mismo.
2.-La envidia divide tu atención.
Si siempre estás preocupado observando lo que otros hacen, deseando lo que otros tienen, no lograrás ver lo que Dios está haciendo en tu vida.
3.-La envidia es enemiga del contentamiento.
Muchos se matan tratando de igualar o superar a quienes envidian.
4.-La envidia te conduce a otros pecados.
En cualquier momento en que parezca que una relación personal no funciona, debes verificar si la envidia o la ambición egoísta es la causa posible.
Le envidia te infecta todo por dentro y afecta todo lo que te rodea.
-Pasos para erradicar la envidia:
*¡ Deja de compararte con otros !
La comparación es la raíz de toda envidia.
Lo que importa no es a quién le va mejor, sino si estás cumpliendo el propósito para el cual Dios te creó.
*Celebre la bondad de Dios para otros.
En lugar de molestarte por otros, regocíjate con ellos.
*Sé agradecido por lo que eres y lo que tienes.
La felicidad es una decisión. Eres tan feliz como decidas serlo. Si no sabes cómo ser feliz con lo que tienes, nunca serás feliz con más.
*Confía en Dios cuando la vida parezca injusta.
Siempre que envidias a otros, estás dudando de qué Dios sabe lo que es mejor para ti. Pones en duda su amor, su justicia e incluso su sabiduría.
Punto de Reflexión: No puedo cumplir el propósito de Dios para mí si envidio a otros.
Autor: Rick Warren.
Una Vida con propósito